sábado, 12 de abril de 2008

De cigarros


Soy una tipa extraña, no cabe duda. Tengo manías raras, no propias de periodistas. Por ejemplo, odio el cigarro, lo odié desde chica. ¿La culpable? mi tía abuela Martha. Un día, así sin más, nos dio, a mi primo Héctor y a mí, criaturas de no más de 8 años, una probada de su cigarro. Me supo horrible, casi lo vomito.

Cuando llegué a la adolescencia, no tenía nada de ganas de fumar. Los anuncios con los actores de moda anunciando Raleigh-¿era Raleigh?- me pasaron de noche y a duras penas mi mejor amiga de la secundaria me convenció para fumar a escondidas afuera de Plaza Inn. Años después, ella seguía fumando y yo no he vuelto a tocar un cigarro...por cierto, mi primo Héctor tampoco fuma; creo que tenemos que agradecerle a la tía Martha.

PD.- Para ilustrar este post busco desesperadamente los anuncios ochenteros de los famosos. Si alguien los tiene, copelen o cuello. En tanto, un mugre logo de Raleigh todo pixeleado.

1 comentario:

Tranquilita dijo...

¡Pero, Cristina... si lo que te dieron a probar fue un Raleigh, pues con razón lo odiaste!!

De cualquier forma, qué bueno que evitaste el tabaco.